Autoridades de España y Portugal han celebrado el lunes 20 de diciembre la apertura de la conexión fronteriza por autovía con la entrada en servicio del último tramo de la Autovía de Castilla, la A-62, y de la A-25 portuguesa.
El acto oficial de la entrada en servicio de estos dos últimos tramos que faltaban por desdoblar entre España y Portugal se celebró en la localidad portuguesa de Vilar Formoso, en una carpa instalada sobre la propia calzada de la autovía.
Se trata de un trazado de 6,7 kilómetros de interconexión hispano-lusa, el único que está pendiente de desdoblar para unir la Autovía de Castilla y la A-25 portuguesa, que forman parte del trazado europeo E-80.
Esta puesta en servicio ha sido posible después de la inversión de más de 33 millones de euros para la realización de los dos tramos de autovía. La parte española, con un recorrido de algo más de 5 kilómetros, ha supuesto una inversión de 18 millones de euros. Este tramo finalizó sus obras en 2019; a la espera de la finalización de los trabajos en la parte portuguesa de la autovía, abrió al tráfico un primer tramo de 1,8 kilómetros. Por su parte, la zona portuguesa finalizó sus obras de 3,5 kilómetros el pasado mes de junio de 2021 aunque no ha sido hasta este lunes cuando se ha abierto al tráfico rodado.
Esta apertura supone la creación de una circunvalación que saca el tráfico rodado, tanto de viajeros como de mercancías procedentes de Europa, del interior de las localidades de Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, provocando duras críticas por parte de los dos alcaldes al considerar que tiene un efecto altamente negativo para el empleo en toda la zona.
CON INFORMACIÓN DE La Gaceta Regional
IMAGEN: Señalización de la autovía en el lado portugués (FOTO: Casamar, para La Gaceta Regional)
