Las grandes crisis han marcado la historia del Camino de Santiago, siempre ligado a la realidad vital de sus peregrinos. Algunas de ellas fueron bélicas, otras tuvieron un germen religioso, y otras un carácter social. Pero el peor enemigo de esta senda ancestral han sido las crisis sanitarias.
En su larga historia, el Camino a Compostela ha visto desatarse la “peste negra”, la peor epidemia conocida por la humanidad, que segó la vida de 50 millones de europeos en cuestión de un lustro, allá por el siglo XIV. Con un pie en el siglo XX, el Camino tuvo que hacer frente a la “gripe española”, causante de una media de 40 muertes diarias en la capital compostelana durante el año 1918, cuando las campanas dejaron de tocar a muerto. Apenas un siglo separa ese trance de la pandemia por Covid-19 que sacudió los cimientos de la sociedad en 2020, y que despojó a la ruta de caminantes. Por eso, el Año Santo 2021 se prorroga a 2022, para revitalizar el espíritu jacobeo.
Ciudad Rodrigo trabaja en la promoción de la variante portuguesa, ramal de la Vía de la Plata, y por el que San Francisco unió el Pórtico del Perdón de la catedral mirobrigense con el Pórtico de la Gloria compostelano.
Son millares los peregrinos que cada año llegan hasta Santiago de Compostela pero todavía muy pocos los que lo hacen a través del Camino Portugués o de Torres ni tampoco a través del Camino de San Francisco o Vía Dalmacia. Ambos convergen en Ciudad Rodrigo antes de adentrarse en Portugal.
El Camino de San Francisco sobre la Vía Dalmacia
El Camino de San Francisco de Asís es la unión de varios de los Caminos históricos a Santiago más importantes de la provincia salmantina. Este Camino a Santiago recupera cierta parte de una antigua vía romana, la Vía Dalmacia, posiblemente construida sobre una senda originaria de la Edad del Hierro que, según cuenta la tradición, fue usada por San Francisco de Asís alrededor del año 1214, en su viaje fundacional desde Santiago de Compostela hasta Portugal pasando por Ciudad Rodrigo.
La Vía Dalmacia era una variante de la Vía de la Plata que se convirtió en camino principal hacia el siglo XII. En plena lucha entre los reinos de León y Castilla, la Calzada Guinea o Vía de la Plata se había convertido en línea fronteriza, en un camino peligroso.
Esta ruta recorre la provincia de Salamanca en seis tramos, a lo largo de 140 kilómetros, siguiendo la romana Vía Dalmacia. Une el límite de la provincia de Zamora, por el Puente Mocho de la antigua Bletisama (Ledesma) hasta Ciudad Rodrigo, la antigua Miróbriga, antes de adentrarse en Portugal por Aldea del Obispo.
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Camino de Torres, de Salamanca a Santiago por tierras portuguesas
Castilla y León y el Norte de Portugal quieren relanzar el Camino a Santiago de Diego de Torres Villarroel, que une dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, Salamanca y Santiago, a través de 570 kilómetros que el escritor, catedrático y “Gran Piscator de Salamanca” realizó en 1737.
En 2020, cinco comunidades inter-municipales portuguesas, coordinadas por la CIM do Ave, con sede en Guimarães, encargaron a António Sá realizar el proyecto fotográfico “Camino de Torres: Camino de Santiago”. Se trataba de recoger imágenes de todo el camino, tanto de la parte española como en la portuguesa, para divulgar esta ruta antigua pero muy poco conocida.
Desde Salamanca a Santiago de Compostela, siguiendo el camino que en 1737 recorrió y describió Torres Villarroel, la Universidad de Salamanca ha marcado este “Camino de Torres” en honor de don Diego de Torres Villarroel, escritor, poeta, dramaturgo, médico, matemático, sacerdote y catedrático del Estudio salmantino.
Torres Villarroel decidió peregrinar a Compostela en 1737 durante cinco meses, huyendo de una condena en España, para cumplir una promesa al Apóstol, según recuerda el medievalista Paulo Almeida Fernandes sobre el origen de esta ruta. “Tuvo un mal peregrinaje porque no tenía el espíritu del peregrino”, apunta. El recuerdo que guardó de la peregrinación le llevó a considerarla “indevota e indigna”.
El Camino de Torres discurre a lo largo de 570 kilómetros por caminos ancestrales de España y Portugal como la Cañada Real de Extremadura, la Vía Romana XIX del Itinerario de Antonino, o el Camino Portugués a Santiago de Compostela. El Camino de Torres tiene en la diversidad de su paisaje uno de sus grandes atractivos: atraviesa la dehesa salmantina, la Beira Alta, las tierras de los ríos Douro, Támega, Lima y Minho y finalmente las rías gallegas.
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La Catedral de Ciudad Rodrigo y el Pórtico del Perdón
La Catedral de Ciudad Rodrigo dedicada a Nuestra Señora Santa María y declarada Monumento Nacional en 1889, es una de las obras más bellas de la provincia de Salamanca. Su construcción se inició su probablemente en los años finales del reinado de Fernando II de León, en el último tercio del siglo XII.
La Catedral de Ciudad Rodrigo se proyectó como románica, aún conserva trazas en su perímetro exterior, pero la prolongación de las obras durante varios siglos hace que se clasifique de tardorrománica de transición al gótico. Sus detalles y ornamentación, así como las bóvedas de crucería y parte del claustro pertenecen al gótico.
Durante la Guerra de las Comunidades (1520-1522) se perdería la llamada Torre de Defensa ubicada en la Capilla de la Soledad. Durante esa época la catedral se convirtió en un verdadero fortín. Ya en época barroca se realizarían varias renovaciones además de la monumental Torre y la sacristía. La antigua torre de las campanas quedó destruida por el terremoto de Lisboa de 1755.
Desde el punto de vista estructural el Pórtico del Perdón o de la Gloria se organiza a partir de un doble acceso que, dividido por una esbelta columna rematada en una pétrea Virgen con el Niño, queda flanqueado a cada lado por seis columnas, unas con capiteles vegetales y otros historiados (entre los que destacan dos dedicados a San Francisco, en uno predicando a los pájaros y en el otro con la visión de los estigmas), coronadas por doseletes que imitan la Torre del Gallo de la Catedral Vieja de Salamanca y encima de ellos unas grandes esculturas de los apóstoles.
A partir de ahí seis agudas arquivoltas engalanadas con figuras colocadas siguiendo la rosca del arco (con motivos florales la interior y las siguientes con bienaventurados, dos de ellas, ángeles, obispos, serafines y resucitados) acogen un tímpano organizado en tres registros.
En el inferior se representa la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, los judíos arrancando ramas de los árboles, la Última Cena, Cristo en el pretorio y el Calvario.
En el intermedio destaca el pasaje central con la escena de la Dormición y ascensión de la Virgen a los cielos.
Y en el superior la Virgen es coronada por su hijo. La realización de esta labor escultórica habría que fecharla en la segunda mitad del siglo XIII.
IMAGEN: Pórtico del Perdón, Catedral de Ciudad Rodrigo (FOTO: romanicoatlantico.org)