Las pasarelas de madera integradas en entornos naturales de gran atractivo se han convertido en un filón turístico para Portugal. Los Passadiços do Paiva en Arouca dieron el pistoletazo de salida con un notable éxito que hoy se mantiene acrecentado gracias al segundo puente colgante más largo del mundo. Ahora es el turno de los Passadiços do Mondego en Guarda, a tan solo dos horas de Salamanca.
Esta ruta lineal de casi 12 kilómetros se inauguró el pasado 5 de noviembre para hacer las delicias de los amantes del senderismo y la naturaleza. Su arranque no ha podido ser más exitoso, con cientos de visitantes que han quedado prendados de uno de los paisajes más desconocidos y atractivos del parque natural de la Serra da Estrela.
Os Passadiços do Mondego situam-se no concelho da Guarda e estão inseridos num território reconhecido pela UNESCO como Geopark Estrela. É um percurso com cerca de 12 km, ao longo do Rio Mondego, e passa por localidades como Videmonte, Trinta, Vila Soeiro e Barragem do Caldeirão. O trajeto, de beleza ímpar, proporciona aos caminhantes paisagens de cortar a respiração e integra zonas de travessia, passadiços e pontes suspensas.
Como su nombre indica, los Passadiços do Mondego son una sucesión de pasarelas de maderas que transcurren en paralelo al curso del río Mondego y de dos de sus afluentes, la ribeira do Barrocal y el río Caldeirão. El caminante tiene ante sus ojos de un paisaje singular en el que se suceden gargantas, marmitas de gigante, pequeñas cascadas y una variada vegetación de ribera, además de robles, pinos y castaños. Un espectáculo natural que se divisa desde los 6,7 kilómetros de pasarelas construidas y una serie de pistas que se intercalan haciendo mucho más atractiva la caminata.
Al tratarse de una ruta lineal existen dos posibilidades para arrancar. Una es la aldea de Videmonte, donde se ha construido un aparcamiento junto a un frondoso castañar. Y otro es el embalse de Caldeirão, también dotado de un gran parking. Existe además una entrada intermedia en Vila Soeiro. Una vez concluida la ruta, existe la opción de regresar al punto de origen en un taxi.
O trajeto desenvolve-se ao longo do Rio Mondego e de dois afluentes, o Ribeiro do Barrocal e o Rio Caldeirão, abrangendo cerca de 11,5 km, sendo 6,7 km em cima de passadiços de madeira (num total de sete) uns planos, outros em escadarias.
Además del paisaje por el que se adentran los Passadiços do Mondego, otro de los atractivos de la ruta son las ruinas de antiguos molinos y fábricas textiles que se nutrían de las aguas del río. Fueron numerosas y muy importantes las factorías que había en el municipio de Guarda, que al igual que sucedió en Béjar, tuvieron su momento de gloria y posterior ocaso con el abaratamiento de los textiles que llegaban de otros países.
Otro de los puntos álgidos de la ruta se encuentra junto al acceso por el embalse de Caldeirão. Se trata de la cascada do Caldeirão, una caída de agua de 50 metros que hasta la construcción de las pasarelas era uno de los secretos mejor guardados de Portugal por su difícil acceso. Ahora dispone de un mirador donde se aprecia esta cascada también denominada “rosa” por el color que adquieren las rocas que la protegen. Una pequeño tesoro que merece la pena descubrir aunque para ello haya que subir una cuantas escaleras más.
A estrutura pretende dar a conhecer a paisagem e o património ambiental e histórico das aldeias circundantes, garantindo novas experiências aos visitantes, através da criação de pontos de interesse que lhes revelam os mais bem guardados segredos do Mondego.
El paseo no es duro, salvo por las escaleras que remontan hasta el embalse de Caldeirão. El resto del itinerario es llano y no ofrece dificultad. Además el caminante deberá atravesar tres puentes colgantes sobre el propio Mondego y sus afluentes que le dan un aire más especial. El municipio de Guarda ha acertado de lleno con un recurso turístico que realza el valor paisajístico del Mondego. Un río que en este punto se encuentra en sus primeros kilómetros de vida tras su nacimiento en Gouveia y que poco a poco va adquiriendo cuerpo como se puede apreciar en Coímbra y en su desembocadura en la ciudad costera de Figueira da Foz.
CON INFORMACIÓN DE La Gaceta Regional
IMAGEN: www.passadicosdomondego.net