La Junta de Castilla y León iniciará un proceso para solicitar a la Unesco la ampliación del Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas al paraje arqueológico de Tresminas, situado en el municipio portugués de Vila Pouca de Aguiar.
Las Médulas pretende extender la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco al complejo romano Tresminas, situado en el Norte de Portugal. Este es uno de los objetivos principales del convenio de colaboración firmado el 8 de julio en Carucedo (León), entre la Junta de Castilla y León y el municipio de Vila Pouca de Aguiar.
Con este convenio, se pretende mejorar la situación de ambos yacimientos, el más grande de su tipo en el caso del berciano, y el mejor conservado en el caso del portugués. Ambos representan, además, los mejores ejemplos de la extracción de oro en época romana, si bien, por motivos administrativos, acceder al reconocimiento Unesco tendrá que esperar no menos de cinco años.
La Junta de Castilla y León ha suscrito un convenio con la Câmara Municipal de Vila Pouca de Aguiar para trabajar conjuntamente en la ampliación del espacio Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas al paraje portugués de Tresminas.
La idea es que la ampliación de la declaración suponga un nuevo impulso para ambos territorios que, si bien están separados casi 190 kilómetros, comparten la existencia de minas de oro romanas. La alianza transfronteriza permitirá fomentar la promoción y divulgación conjunta de los territorios mineros transfronterizos. Asimismo, acceder a ayudas y líneas de apoyo comunitarias que, por separado, serían imposibles para ambas zonas rurales, para proyectos basados en tradiciones y cultivos compartidos, como la castaña.
Parque Arqueológico de Tresminas
Situada junto al Parque Natural de Albão, la zona de Vila Nova de Aguiar posee vestigios de una ocupación muy antigua como el Castro de Cidadelhe (Edad de Hierro) y diversas marcas de la ocupación romana como el puente y las calzadas. En el pueblo, las ruinas del castillo son testimonio de un pasado glorioso.
En el Parque Arqueológico de Tresminas, el visitante encuentra una de las mayores explotaciones mineras de oro del mundo romano, con registros de actividad desde el reinado del Emperador Augusto (27 a.C. – 14 d.C.) hasta la época de Sétimo Severo (193-211 d.C.).
Las minas están constituidas por un sistema a cielo abierto, originando cráteres de grandes dimensiones que son el testimonio del esfuerzo humano aquí desarrollado, y por un complejo de galerías para transporte, filtración y tratamiento de los minerales. El abastecimiento de agua se realizaba mediante acueductos desde el río Tinhela y desde la Ribera de Fraga.
La antigüedad de la presencia humana en la región es evidente por la existencia de muchos vestigios arqueológicos, como puentes y vías romanas o el castro de la ciudadela de Jales.
Zona Arqueológica de Las Médulas
La singularidad y excepcionalidad de la zona arqueológica de Las Médulas, reconocida ya desde su declaración como Monumento Histórico Artístico en 1931 y avalada con su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1997, configura una realidad compleja integrada por un Bien de Interés Cultural en el que confluyen valores culturales y naturales, tangibles e intangibles. Su gestión y difusión se encomienda a la Fundación Las Médulas.
Las Medulas, enclavadas en la frondosidad de los montes Aquilanos, en la comarca leonesa de El Bierzo, guarda el secreto mejor guardado del imperio romano: las minas de oro sobre las que asentaba su poder. El paisaje ha sido moldeado por el tiempo hasta convertirse en uno de los más extraordinarios de la Península Ibérica.
En Las Médulas, el visitante puede recorrer las sendas de este inusual paraje, resultado de los complejos trabajos de ingeniería hidráulica empleados por los romanos para extraer el preciado mineral dorado de las entrañas de la montaña. El paso del tiempo y la mano del hombre han moldeado las formas de sus picos y paredes de arena rojiza, salpicadas de hermosos bosques de robles y castaños. Es posible pasear por los rincones más emblemáticos de sus más de 400 kilómetros de canales excavados para conducir el agua de las montañas, romper la roca y dejar al descubierto las codiciadas partículas de oro. El viajero encuentra a su paso, miradores, grutas y cuevas gigantes, pero también tranquilos cursos de agua.
IMAGEN: Galería en el Parque Arqueológico de Tresminas (FOTO: www.visitportugal.com)