Desde hace décadas los científicos advierten de que los ecosistemas de tipo mediterráneo se encuentran entre los más vulnerables al cambio climático, debido al incremento de la temperatura, al cambio en las precipitaciones, al aumento de las sequías y al mayor riesgo de incendios.
Con 32.000 hectáreas afectadas y casi 6.000 desplazados, el incendio forestal de Losacio conforma, junto con el incendio forestal de la sierra de La Culebra registrado un mes antes, una extensión continua de casi 60.000 hectáreas calcinadas, convirtiéndose, de lejos, en la peor catástrofe socio-ambiental en España. Son esos incendios denominados “de sexta generación” que no se apagan con agua, sino con gestión forestal y planificación territorial.
Autopsia de los incendios salvajes de Zamora
España está viviendo uno de sus peores años de incendios forestales debido a la ola de fuegos de este verano, pero lo más alarmante está ocurriendo en Castilla y León, donde han ardido unas 85.000 hectáreas, casi la mitad de las 200.000 quemadas en todo el territorio nacional. Desde junio, no solo se han multiplicado los incendios, sino que varios de ellos han sido más devastadores que nunca, especialmente en la provincia de Zamora. De hecho, en menos de un mes se han registrado en zonas contiguas dos de los peores incendios de España desde que hay registros: el de la sierra de la Culebra y el de Losacio, que juntos han arrasado una superficie tan grande como la ciudad de Madrid. Es verdad que Castilla y León siempre ha sido una de las comunidades con más hectáreas quemadas, por ser la que tiene más superficie forestal, pero jamás comparable a lo ocurrido este verano. Analizamos las causas de este desastre:
- Bosques descuidados y sangría demográfica. Zamora es la provincia que más población ha perdido en lo que va de siglo y la que peores previsiones demográficas tiene de Europa para 2033. En Pozuelo de Tábara, pueblo de 150 vecinos que estos días ha visto como ardía todo a su alrededor, su alcalde señala que el mayor mal es la despoblación. “Ahora no hay absolutamente nada. Antes aquí había vacas y 20 rebaños, 10.000 ovejas que cuidaban el monte y estaba todo limpio”. La superficie forestal española ha crecido en los últimos 30 años, tendencia que ocurre también en Zamora, a costa de terrenos antaño agrícolas que caen en desuso por el éxodo rural. Si no se toman medidas para evitar la acumulación de madera o para romper la continuidad vegetal en el paisaje, cuando llega el fuego estos incendios son imposibles de parar.
- Falta de inversión contra el fuego. Castilla y León, la comunidad más extensa de España y más grande que Portugal, tiene 4,81 millones de hectáreas forestales, destina anualmente 65 millones de euros a las brigadas contra incendios sin tenerlas contratadas todo el año, e invierte 13,5 euros por hectárea. Galicia, con 180 millones presupuestados, dedica 88,2 euros por hectárea, y Andalucía, con 175 millones destinados a este sentido, gasta 39,2 euros por hectárea. Extender los actuales trabajos contra los fuegos todo el año en Castilla y León costaría 100 millones anuales, según los brigadistas.
- Medios de extinción insuficientes. Con una previsión de temperaturas extremas y bosques con poca inversión en prevención, solo queda extremar el cuidado en verano para reaccionar lo antes posible ante el fuego. La Junta de Castilla y León, que posee las competencias sobre prevención e intervención en incendios, esgrime que todos los medios estaban disponibles, pero los brigadistas matizan que faltaba gente: “Los retenes tenían menos de la mitad de personal”.
PUBLICADO originalmente por Juan Navarro y Yolanda Clemente bajo el título “Autopsia de los incendios salvajes de Zamora” en www.elpais.com, el 30 de julio de 2022.
IMAGEN: Brigadistas de la Junta de Castilla y León en el incendio de Losacio (FOTO: Emilio Fraile para Europa Press).