La Junta de Castilla y León colabora en la extinción del incendio forestal declarado en Caçarelhos y Angueira, en el municipio fronterizo de Vimioso, con dos helicópteros, una autobomba, cuatro buldóceres y tres equipos de Lucha Integral contra Incendios Forestales (ELIF) y una cuadrilla terrestre, además de dos técnicos y cuatro agentes medioambientales, ante la proximidad del fuego a Alcañices (Zamora).
También efectivos del Parque de Bomberos Tierras de Aliste, del Consorcio de Prevención y Extinción de Incendios, Salvamentos y Protección Civil de la Diputación de Zamora, se encuentran colaborando en la zona.
Además, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha movilizado a la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), con base en Tabuyo (León).
El incendio se declaró el pasado sábado 10 de agosto debido a una tormenta, y se reactivó el domingo 11. El cambio de la dirección del viento ha hecho que el fuego “salte” la Raya, a la altura de la localidad zamorana de Alcañices, mediante la forma de “paveseo”. El fuego pasó al lado español por la parte más húmeda de la Sierra de Bruñosinos, llena de manantiales y arroyos, lo que ha evitado una mayor propagación.
En el lado portugués, las llamas avanzan hacia Cicouro (freguesia del municipio de Miranda de Duero) a la altura de la zamorana localidad de Arcillera. Este lunes 12 de agosto, los medios siguen desplegados tras una noche de intenso trabajo con alrededor de medio centenar de efectivos. Gracias a este esfuerzo, se ha logrado que un frente de muchos kilómetros en territorio portugués apenas haya afectado a unas decenas de hectáreas en la provincia de Zamora.
Incendio por “paveseo”, ¿qué es?
Las cenizas voladoras o paveseo es un término ligado al ámbito forestal. Implica la aparición de pavesas, es decir, restos de combustible -incluidas las ramas- que suben junto al aire caliente y que se desprenden dejando restos y provocando, a su vez, nuevos focos alejados del principal.
Las pavesas son tracciones de vegetación que están arriendo. Normalmente, lo que más vuela suelen ser cortezas de pino; según se va quemando, expulsa sus capas de corteza y estas saltan y se incorporan al flujo que genera el incendio de aire en ascenso hacia la atmósfera. Parte de esas cortezas que van saltando suben por ese flujo y el viento lo lanza en la distancia. Muchas de estas pavesas están encendidas y, por su propio peso, comienzan a caer. La inmensa mayoría suelen caer frías porque ya se han consumido en el aire, pero hay unas pocas que son más gruesas y caen encendidas. Cuando pasa esto, depende del estado del combustible donde cae: lo ideal para que prenda son el pastizal, el cerrillo o lugares donde le esté dando el sol.
En algunos casos, el paveseo hace que a mucha distancia puedan aparecer insectos calcinados. Pero también que las brasas transportadas por el viento puedan saltar por encima de los medios de extinción. Así, los incendios se hacen especialmente impredecibles. Las pavesas pueden llegar a rodear a un bombero o generar otro foco a una distancia de hasta 35 kilómetros del incendio original.
CON INFORMACIÓN DE La Opinión/El Correo de Zamora.
IMAGEN: Bomberos portugueses durante el operativo (FOTO: Cedida).