Por lo general, el inicio del nuevo año es tiempo de tradiciones y supersticiones. En Portugal, algunas son muy conocidas y otras no tanto, pero todas son usuales para sus habitantes mientras contemplan los fuegos artificiales con los que despiden el año ya pasado (“passagem do ano”).
Al igual que en Navidad, la celebración empieza con una cena familiar y dulces típicos. No puede faltar el comer doce uvas pasas, una por cada mes del nuevo año, al compás de cada campanada con la que se inicia el año. Por cada pasa que coma, puede pedir un deseo.
Al igual que en muchos otros países, los portugueses dan paso al nuevo año con bebidas alcohólicas y nunca con agua. Brindar con champán es probablemente la tradición más popular. Más que una costumbre de Año Nuevo, el vino espumoso ha acompañado las celebraciones durante décadas, aporta la idea de alegría a cualquier acontecimiento. Para renovar la fuerza, se debe guardar “a cortiça” (el corcho) de la botella de champán y no tirarlo hasta el siguiente año.
Muchos colores se asocian a diferentes deseos para el Año Nuevo, pero la ropa interior azul es imprescindible para los portugueses en Nochevieja. El color azul atrae la buena suerte, así que algunos no se limitan a estrenar ropa interior azul esa noche; pueden ir más allá hasta el pijama o las sábanas donde dormirán esa noche.
Seguimos con la buena suerte. Otra superstición dice que debemos subirnos a una silla, con la pierna derecha primero, para hacer que nuestra vida avance y atraer la riqueza. Y, si es posible, ¡con dinero en la mano, el bolsillo o el pie! y hacer luego con este dinero la primera compra del año. Así adquiere todo su sentido el viejo dicho portugués “entrar com o pé direito”.
Por si esto no es suficiente, hay quien pone “uma folha de louro” (una hoja de laurel) en el monedero y la deja ahí todo el año.
En algunas zonas de Portugal, la tradición invita a asomarse a medianoche a la ventana y hacer todo el ruido posible utilizando “as tampas” (las tapaderas) de cacerolas y sartenes. Se cree que hacer ruido con ollas y sartenes está relacionado con ahuyentar a los malos espíritus y fantasmas del año anterior. La tradición se ha extendido por todo el país, aunque es más común en el sur de Portugal.
Tal vez sea una obligación en todo el mundo, pero los portugueses siempre besan a sus parejas a medianoche. Es cierto que estos tradicionales dos “beijinhos” portugueses no están fuera de contexto, pues es probable que los portugueses besen a sus amigos y familiares al desearles un feliz año nuevo.
Recientemente, son muchas las personas de todas las edades que se reúnen el primer día de enero (para darse el primer baño del año en el mar. Solo para valientes, claro, porque el agua está muy fría a esa altura del año.
CON INFORMACIÓN DE Practice Portuguese y Paula Martins para The Portugal News.
IMAGEN: Passagem do ano no Porto (www.portugaldenorteasul.pt)