“EN 16 – da Costa Atlântica à linha de fronteira”, es el significativo título con el que 14 municipios portugueses han bautizado el proyecto viajero que les ha unido en torno a un recurso que comparten y que ahora quieren aprovechar: la carretera nacional 16.
La estrada nacional 16 (EN16) tiene 220 km y va de Aveiro a Vilar Formoso, del Atlántico hasta las puertas de la provincia de Salamanca. En algunos tramos, esta vía trascurre paralela a la antigua IP5, que es alternativa, a su vez, a la actual A25, la vía rápida sujeta a telepeaje, que une Vilar Formoso con Albergaria-a-Velha, cerca de Aveiro.
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Los territorios atravesados por la EN16 se han implicado en la creación de un producto turístico que les unifique y al mismo tiempo les diferencie. Este producto está basado en la gastronomía, el patrimonio histórico y cultural, el entorno natural y los productos autóctonos generados en cada una de las comarca por las que atraviesa la EN16. Una oferta tan variada como sus paisajes, con dunas, pinares y eucaliptales en la costa, y bosques de castaños y robles en la meseta de la Beira.
Así, del océano al interior, la ruta turística atraviesa Aveiro, Águeda, Albergaria-a-Velha, Sever do Vouga, Oliveira de Frades, Vouzela, São Pedro do Sul, Viseu, Mangualde, Fornos de Algodres, Celorico da Beira, Guarda, Pinhel y Almeida.
La idea de este pequeño road trip no es nueva, viene fraguándose durante los últimos tiempos, pero ha sido desde finales de 2021 cuando las autoridades competentes han acometido de forma concreta su materialización, con el objetivo de llegar a incluir la EN16 en las rutas viajeras por carretera existentes en Portugal, entre las que la EN2 es la reina.
En la elaboración de esta ruta, han colaborado estos 14 municipios, así como la entidad Turismo do Centro y las tres comunidades intermunicipales incumbidas: Beiras e Serra da Estrela (CIMBSE), Viseu – Dão-Lafões (CIMVDL) y Região de Aveiro.
La Estrada Nacional 16
Durante las décadas centrales del siglo XX, la EN16 constituyó una de las principales vías de Portugal. Tenía mucho tráfico, tanto de turismos como de camiones, ya que unía el puerto de Aveiro con la frontera desde la cual se accedía a Madrid y a los puertos del Mediterráneo español, así como a la frontera francesa por Irún.
La aduana de Vilar Formoso era una de las que registraba más movimiento de toda la frontera. Conocido era el tiempo que habitualmente había que esperar en la localidad y sus alrededores, pues la gran afluencia de vehículos hacía que los pertinentes controles aduaneros provocasen demoras y largas colas.
En los años ochenta se construyó la IP5, también una carretera convencional, pero que ya permitía velocidades más altas. Su tráfico intenso y siniestralidad dieron origen a la A25, una autovía originalmente gratuita, financiada con fondos europeos, que pasó a ser gravada con peajes electrónicos a partir de 2011. Es probablemente la vía rápida portuguesa más utilizada por los salmantinos.
En este proyecto para convertir la EN16 en un producto viajero, que llegue a ser tan apreciado como ya lo es la conocida N2 (Chaves-Faro), los socios cuentan también con la participación de la AHRESP (Asociación de Hotelería y Restauración de Portugal) y de IP (Infraestructuras de Portugal). Sus impulsores pretenden que, cuando esté completamente desarrollada, pueda formar parte de las rutas turísticas nacionales.
La EN16 es hoy una carretera tranquila -como lo es la EN222, que atraviesa el Duero Vinatero-, una carretera por la que conducir sin prisa, cruzando pueblos de gran interés arquitectónico, subiendo y bajando montañas, dejando atrás silenciosos paisajes en constante cambio y llegando al mismo centro de ciudades como Guarda, Viseu o Aveiro.
Espacio Fronteira se hace eco, por su interés, del artículo “EN16: Del Atlántico a la frontera salmantina, la nueva ruta viajera por Portugal”, de Raquel Martín-Garay, publicado originalmente en salamancaaldiartv.es
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