España y Portugal se ven golpeados este invierno por una aridez extrema debido a la falta de lluvias en enero, que fue el segundo enero más seco desde el año 2000 en la península ibérica, según las agencias meteorológicas de los dos países. Los ministros de Agricultura de España y Portugal plantearon a la Comisión Europea (CE) la grave situación causada por la sequía en sus países y la posibilidad de movilizar fondos comunitarios para apoyar al sector.
Esta sequía es excepcional por su intensidad, su amplitud y su duración. Portugal puede estar ante la peor sequía desde que hay registros. El 52,2 % del territorio está en sequía severa y el 38,6 % en situación extrema, según divulgó esta semana el Instituto Português do Mar e da Atmosfera (IPMA). En España, “en enero, llovió una cuarta parte de lo que tendría que haber llovido en este periodo”, explican desde AEMET, Agencia Estatal de Meteorología.
Inquietud en agricultores y ganaderos
Esta situación inhabitual ya llevó al Gobierno portugués a tomar medidas de emergencia. En un país donde un 30% de la energía que se consume es de origen hidráulico, las autoridades se vieron obligadas a principios de febrero a anunciar la suspensión de la producción hidroeléctrica en cinco represas del Portugal continental para preservar los volúmenes necesarios para el suministro público.
Al otro lado de la frontera, la situación es también preocupante. Los niveles de las reservas de agua, indispensables para la agricultura, se sitúan en este momento en menos del 45% de su capacidad en España, según cifras oficiales. Las regiones de la mitad sur de España (con embalses bajo el 30% de su capacidad, donde ya hay restricciones al uso industrial del agua), junto a algunas zonas de Castilla y León, Cataluña y la Comunidad Valenciana, son las más afectadas, sobre todo en los cereales, las leguminosas, los hortofrutícolas y los pastos para la ganadería, y si la sequía persiste también sufrirán el almendro, el olivar y el viñedo.
En Castilla y León, los embalses de la cuenca gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero están al 62,6% de su máxima capacidad. Un valor ligeramente por debajo de la media de los diez últimos años (63,2%), y bastante alejado de la favorable situación de hace un año con casi 19 puntos más (81,5%).
Esta falta de precipitaciones alerta a los agricultores y ganaderos de los dos países. La falta de lluvias ha dejado los embalses portugueses en mínimos y ya tiene efectos en sectores como la energía, la ganadería o la agricultura, que se podrían traducir en una subida de precios. La Confederación de Agricultores de Portugal (CAP) admitió que la escasez de agua va provocar una menor producción agroalimentaria que se va a reflejar en el precio final al consumidor.
Ante el avance de la sequía, que ya tiene al 91 % del territorio en situación severa o extrema, Portugal busca alternativas para paliar la falta de agua, con restricciones en embalses, peticiones de ayuda a Europa y limitación de su uso en las ciudades.
“La hierba no crece y no habrá alimento para el ganado. Si no llueve pronto va a ser complicado“, muestra, desesperado, Antonio Estevão, un productor de queso que posee unas 30 cabras en Portela do Fojo Machio, un pueblo cercano a Pampilhosa da Serra, en el Centro de Portugal. “Esto es una catástrofe”, resume Henrique Fernandes Marques, alcalde de la localidad, lamentando también que la sequía afectará negativamente a los esfuerzos de la región por atraer turistas.
Sin lluvias a la vista
La alternancia entre años de sequía y años de lluvia es algo normal en el sur de Europa, pero “últimamente se observa un porcentaje de años lluviosos inferior“, dice Filipe Duarte Santos, investigador de la facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y experto en medio ambiente, achacando esta situación al calentamiento global.
Estas sequías “son una de las consecuencias más graves del cambio climático”, explica. Según él, “mientras no se reduzcan de manera importante las emisiones globales de gases con efecto invernadero, el problema seguirá”.
Con el calentamiento del planeta, la intensidad y frecuencia de los episodios de sequía, que amenazan a la seguridad alimentaria de la población, corren el riesgo de aumentar, aunque el mundo logre limitar el aumento de las temperaturas a +1,5 °C con respecto a la era preindustrial.
No se espera que la situación mejore en los próximos días en España y Portugal, donde las previsiones meteorológicas muestran precipitaciones por debajo de las medias que se esperan en este periodo del año.
CON INFORMACION DE france24.com y efeverde.com
IMAGEN: La bajada del nivel de las aguas a causa de la sequía en el embalse de Aguilar de Campoo (Palencia), deja al descubierto el puente medieval del siglo XIII en la localidad de Villanueva del Río (FOTO: Agencia ICAL)